La náusea

El título tiene que ver con un libro llamado así. El perfecto ejemplo para poder comparar la manera en cómo me siento ahora.

Era de noche y pensaba en una historia real recién sucitada. Sentí tristeza, resignación y muchas ganas de vomitar. Entonces dije: "la muerte me da asco". Y fue verdad. Sentí la muerte tan cerca de mí, tan real y a la vez tan absurda que quise vomitar. Una mezcla de sensaciones recorrieron mi cuerpo. Electricidad. Apatía. Rechazo. Ganas de estar ahí, en su lugar y saber que se sentía. Cómo sería la vida allá. Me sentí enfermo. Ansioso. Adormecido...

Era como una especie de trampa del (sub)consciente. Era como tener demasiada hambre y terminar asqueado. Me sigue pasando, ahora mismo.

Todo es asqueroso para mi sistema digestivo.

El amor. Pienso en esa palabra que a todo mundo le provoca felicidad y en estos momentos de mi vida el amor  me parece repulsivo. 

Amistad. ¿Alguien podría decirme que es eso? No soy malagradecido. Sólo que en estos momentos el valor de la amistad fue perdiendo peso. Amigos van y vienen pero, los verdaderos no los encuentras en los supermercados o en las papelerías. De la amistad podría decir que también me retuerce el estómago, pero no es así. Solo que no la encuentro. 

Odio las malas caras y sospecho las sonrisas

Ahora no se cómo terminar esto sin dejarte un mal sabor de boca. Sin haberte provocado las mismas sensaciones que yo tengo.

Pensaría en algo agradable para que creas que mis pensamientos son chingones, pero creo que lo haré otro día. Mientras tanto iré a vomitar ideas y jalar la palanca para que el agua se las lleve.