Los fantasmas de mi sombra


Que las palabras no se las lleve el viento


20 de octubre de 2011

Nowhere man

El hombre pusilánime despertó, sin saber por qué y para qué debía encontrar aquello que había perdido desde hace mucho, algo que quizá nunca tuvo pero que deseaba recuperar. Un poco aturdido por los ruidos que emanan de la conciencia del hombre -las voces internas- se decidió a buscar por debajo de la cama, claro, era un lugar muy estúpido para desear encontrar aquello que no sabes si cuenta con materia y puede ser palpable, sin embargo lo busco ahí, entre el polvo acumulado por los años, entre zapatos sucios olvidados y arañas que cómodamente se refugian entre esa oscuridad con el temor de ser encontradas.

El hombre no estaba seguro de qué era lo que buscaba, pero su cuerpo, su mente, su alma, su deseo lo obligaban a continuar en búsqueda del "gran tesoro escondido". -Aquí no hay nada! gritó furioso.

Paso el tiempo y siguió buscando en cada uno de los rincones de su habitación, era evidente que si le pertenecía aquel "tesoro" tenía que estar cerca de él, estaba escrito, lo vio en los sueños que cada noche se acomodaban con él junto a la almohada esperando a que éste cayera dormido para poder introducirse dentro de sus más remotos pensamientos, dentro de aquello que tanto anhelaba pero aún no sabía que podría ser. Esos sueños no lo dejaban vivir en paz.

Pasaron varias semanas, tenía aspecto famélico, estaba destruido por el cansancio y la obsesión que esto le había causado. El olor del polvo se hacía cada vez más áspero, la ventilación en la habitación era casi nula, tenía miedo que su tesoro pudiera escapar por alguna rendija que dejase abierta por descuido.

-Sigue buscando... No seas torpe...Que estúpido eres. replicaban sus voces internas.

Ese día encendió su computadora, creo un blog y ahí plasmó aquella historia que le había quitado el sueño semanas atrás. Inesperadamente cientos de personas leyeron aquella narración la cual contenía en cada una de sus letras un gran poder. Enseguida el apartado de "comentarios" comenzó a llenarse de una forma tan alocada.

Había recibido más de 200 mensajes, todos con diferente remitente sin embargo compartiendo un mismo sentir. Cada uno de aquellos hombres que habían leído el blog se sintieron perfectamente identificados con la obsesiva historia del ser pusilánime. Años de una búsqueda continua sin encontrar nada. Todos creyendo que eran los únicos en el mundo y en un minuto cayendo en la cuenta de que no era así.

Han pasado ya muchos años, el hombre se hizo viejo, acabado por la desolación y  la locura de querer encontrar lo que perdió, lo que nunca tuvo... el hombre de ningún lado se quedo ahí, donde empezó todo, tirado en la cama escuchando por última vez las voces susurrándole al oído -"Lo habrías encontrado si hubieras salido al mundo, sin aferrarte...porque solito llegaría a ti... afuera, en la vida"

Entonces sus ojos se cerraron y el mundo siguió su curso.


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